La casa y el entorno son espectaculares, la playa más próxima está cerrada por derrumbamiento, pero a 1.5km andando por carretera puedes ir a Ribadesella.
Sólo comentar que la colcha de la habitación principal tiene más de 20 años y da repelús. Por otro lado, los colchones horribles, nos ha costado conciliar el sueño y uno si va a descansar, quiere dormir bien y eso ha empañado el encanto del entorno. Por otro lado, la casa no tiene lavavajillas y nos ha tocado fregar diariamente los platos.
La dueña Carmen, muy amable.