La experiencia ha sido muy buena. La casa estaba muy completa tanto en cuanto a muebles como en menaje (gran cantidad de platos, vasos, toallas, sábanas, etc) y en muy buen estado. La piscina, pequeñita pero muy agradable para darse un bañito y en cuanto a la ubicación, muy cerca de la playa (unos 10 minutos andando). Para llegar por la noche, un poco complicado de encontrar, pero nada mas.
A destacar, la tremenda amabilidad de los dueños, Maite y Eduardo. Nos han tratado de maravilla y con una generosidad digna de alabar, nos ayudaron a llegar a la casa, estuvieron pendientes de que no nos faltase de nada y hasta nos regalaron limones y tomates de su propia huerta. Gracias por todo! Seguro que repetiremos.