Emplazada en una zona de la isla menos turística que la del norte, este grupo de seis viviendas adosadas es un lugar ideal para pasar unos días tranquilos y disfrutar del mar y la belleza del lugar. La casa de Pietro es la mejor del conjunto porque su jardín es considerablemente más grande y porque, al ocupar una esquina, la privacidad y calma son aún mayores; el interior está decorado con muy buen gusto y el equipamiento es perfectamente adecuado y suficiente. La limpieza y estado de la vivienda, impecables. Respecto al propietario, aunque no llegamos a conocerlo en persona porque no reside en Cerdeña, sólo puedo hablar bien de él: amable, dispuesto a ayudar y hacer más agradables nuestras vacaciones (incluso nos recomendó alguna playa especialmente bonita...), interesandose por nosotros durante su transcurso. La localidad es muy pequeña pero a dos pasos del alojamiento hay un bar donde te sirven el desayuno o un refresco con la mayor simpatía y amabilidad, y junto a éste una pizzería sencilla pero donde la comida es mejor que en muchos restaurantes. Si visitais la isla de San Pietro, merece la pena, no dejeis de ir a la playa La Boba. Disponer de una vehículo es imprescindible. S.L.