Hemos pasado un magnífico mes y medio en esta casa, estupendamente situada y cuidada, con todas las comodidades. La vista es magnífica, la terraza invita a pasar muchas horas disfrutando el sol invernal y el interior de la casa resulta muy confortable y acogedor. Y si un día surge un pequeño problema, se tiene la certeza de que hay está Esperanza, la propietaria, para darle solución.
Además, hemos sido unos privilegiados porque al habitual buen clima de Altea, hemos tenido la fortuna de añadir la vista de la sierra de Bèrnia nevada.
En definitiva, todo perfecto, tanto que volvemos este año.